domingo, 7 de septiembre de 2008

LA CULTURA Y LA SOCIEDAD LATINOAMERICANA

La cultura Latinoamericana determinantemente ha estado marcada por el influjo del desarrollo Europeo donde el gobierno monárquico ayuda a que cada pueblo vincule sus ideales a la forma de gobierno unilateral de un líder, de una persona representativa; el hecho de que salte dicha idea en el contexto latinoamericano, nos pone a pensar en como cada pueblo de latinoamerica esta marcado por las mismas realidades sociales.
Para ser sinceros, en latinoamerica cada pueblo responde a las circunstancias de pobreza, atrazo, subdesarrollo, violencia, con acciones que impiden un eficaz desarrollo de los procesos sociales; no obstante, no podemos ser tan extremistas al plantear la posibilidad de una misma concepción del mundo, ya un hondureño verá a Colombia como un país en el que puede realizar sus sueños; ya un colombiano verá a Estados Unidos como un lugar propio para realizarse; así, hablar de que los pueblos latinoamericanos comparten un "nomos" social es un poco descabellado o si no que decir de las continuas revueltas de que hemos sido testigos: Venezuela, Ecuador, Nicaragua Vs. Colombia...
¿Adhesión a los gobernantes?, entonces que significa la problemática interna de Evo Morales en Bolivia. Ahora, el abogar por la diversidad, la agregación de una multiplicidad de elementos dispares, encontramos acá si el elemento común de los pueblos latinoamericanos del pueblo latinoamericano que en la medida que no asuma sus realidades psicosociales no podrá superar el subdesarrollo en el que se ve sumido.
La problemática planteada en un principio es un tema que se ha ido transformando lentamente en un conflicto directo con los pueblos originarios que lejos de ser un problema reciente es un tema que viene arrastrándose desde nuestros orígenes como pueblo mestizo. A través de todo este proceso y a lo largo de acuerdos y desacuerdos, encuentros y desencuentros se ha ido generando y acumulando una especie de deuda histórica entre estado y pueblo indígena, situación que se puede observar con mucha claridad en nuestro país, Chile, y que se repite asimismo en muchos lugares de América Latina. Sucede que frente a una única cultura global que nos ofrece la mundialización, que es una cultura homogénea, es decir, igual para todos y que incluye todos los aspectos relacionados con las comunicaciones, las nuevas tecnologías, los avances científicos y la creación de esta aldea global que rompe todas las fronteras y que por cierto nos concierne a todos. Frente a esta cultura, el único rasgo distintivo que tenemos es la identidad cultural que solo pueden brindarnos los pueblos autóctonos de nuestra tierra. Porque es importantísimo el rol que cumplen dentro de nuestra identidad y de nuestro desarrollo es que se les debe dar a ellos la importancia que merecen. Quisiera referirme al tema en cuanto a nuestra condición de pueblo americano, que, si bien ésta es una primera visión general, hablaré más adelante del tema avocado a nuestra realidad más cercana y más tangible. Resulta que nuestra América Latina es un mar de culturas autóctonas, poseemos una riqueza cultural realmente envidiable pero muy poco valorada, porque lo que predomina hoy en día, el sistema económico, los medios de comunicación, y un montón de otros diferentes factores relacionados entre sí, distraen toda nuestra atención y nos impiden reflexionar en profundidad acerca de lo realmente importante. Vemos que la sociedad Latinoamericana, hace un esfuerzo muy pobre por resguardar la cultura que conforma la única legitima expresión de lo que realmente somos. La cultura indígena hoy en día es poco valorada y la identidad que se está construyendo de a poco a nuestro alrededor esta conformada por aquellas normas que nos han sido impuestas desde afuera, normas importadas que de alguna manera han negado la diversidad existente y aquellas formas que hoy buscan un espacio. Debemos reconocer nuestro anhelo de alcanzar el desarrollo de algunas potencias pero también debemos considerar que es imposible que llegue a haber un desarrollo si no existe un respeto por la cultura, la diversidad y la identidad de nuestros pueblos. Y debemos comenzar por reconocernos mestizos, sin sentirnos inferiores ni culpables, se trata de asumir esta condición y conciliar raíz indígena y cultura extranjera. Solo este primer paso puede contribuir al comienzo de darle el valor merecido a aquellos aspectos subvalorados y discriminados a lo largo de toda nuestra historia. Aún hay factores que nos impiden valorar lo que tenemos y ese es un problema que debe ser superado si no queremos sentirnos devorados por estos nuevos sistemas que ocupan gran parte de nuestra vida y nos permiten valorar muy poco nuestra realidad. Parte de esta tarea esta destinada a las autoridades estatales de los países latinoamericanos, quienes tienen la misión de rectificar todos los errores cometidos con sus respectivas culturas autóctonas y saldar esa demanda histórica que hace eco en nuestros días y que tiene que ver con su legado de esfuerzos y sus ideales de integración e igualdad. Tenemos un caso para tomar a modo de referencia acerca del tema que he planteado, y lo encontramos en Argentina, pues existe una organización que persigue proyectar y ejecutar la voluntad política de los pueblos indígenas en el país y así también coordinarse con otros movimientos de este tipo a nivel continental. Se trata de la Organización Nacional de Pueblos Indígenas en Argentina que en estos momentos es la organización que está protagonizando la dinámica social y política de los pueblos indígenas de Argentina. Desde sus orígenes ésta organización se ha hecho parte de los movimientos a nivel continental y su influencia se ha expandido hacia una buena parte de las sociedades latinoamericanas criollas y a todo el mundo.

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